martes, 14 de enero de 2014

TARTA ZORRO

Hace aproximadamente 1 año que me llegó este encargo y durante este tiempo lo he ído madurando, viendo desde un punto o desde otro, he buscado información sobre los tipos de bizcocho más adecuados para hacer un tallado y en ocasiones he soñado con la tarta.
 
Este fin de semana pasado se hizo realidad y ahora me encuentro aún como diciendo para mis adentros ¿Cómo ha pasado, cuándo lo hice, de qué manera?
 
La verdad es que como todo cuanta más práctica tienes de las cosas más fáciles les resultan a la cabeza y a las manos coordinarse para llevar a cabo la idea.
 
Era para una celebración especial, mis primos (Isabel y Joan) cumplían ambos dos 50 años de vida con una diferencia de 5 días. Ambos Biólogos y con larga trayectoria de estudio de los animales que tanto les gustan, pero especialmente EL ZORRO, es por eso que anticipándose mucho a la celebración (que debía ser sorpresa para Joan) Isabel me hizo el encargo facilitándome además detalles de lo que quería.
 
Y.... estoy orgullosa del resultado.
 
Pero lo cierto es que lo que más, más me llenó sin duda fué en primer lugar la cara de Isabel cuando vió la tarta, y también la de todos los invitados porque tuve que recorrer todo el local hasta el fondo para colocarla en su sitio y de tan lleno como estaba, todo el mundo debía apartarse para dejarme pasar con ella.
 
¿Sabeis el orgullo y la satisfacción que se siente cuando tu trabajo es fotografiado hasta la saciedad desde todos los puntos de vista?
 
Flashes a diestro y siniestro, cenitales, de frente...... y yo compartiendo este post con vosotros 3 días después de la celebración cuando ya corren por la red las fotografías de algunos de los asistentes.
 
Como se preveía una gran asistencia de colaboradores, amigos, alumnos.... de los homenajeados, Isabel decidió (debo decir que muy acertadamente) acompañar la tarta con galletas para todos aquellos a los que no les llegara su ración.
 
Otro éxito porque también las galletas estaban decoradas como cabeza de zorro y claro recién horneadas y decoradas, mantecosas, que se deshacían en el paladar, en su punto justo de dulzor para compensar la glasa,.... vamos que desaparecieron volando.
 
La fiesta fue todo un éxito, por la planificación tan cuidada, por el buen comportamiento de los asistentes, sin estridencias pero en un ambiente super agradable y distendido, por los afitriones que se multiplicaron para estar al lado y compartir absolutamente con todos los que asistimos.
 
Un gustazo.
 
Bienvenidos a la década de los 50 donde la sabiduría de los años ya empieza a pesar pero nuestro cuerpo aún responde con cierta energía y alegría a las mañanas de cada día.
 
Vaaaaaaaale, ya os pongo las fotos.
 
Disfrutadlas como yo.







lunes, 13 de enero de 2014

Y llegaron los Reyes.....

Han pasado las fiestas y el cambio de año (a ver si este se comporta mejor), pero todavía nos queda nuestra tradicional fiesta de los Reyes Magos.
 
Aquí deberíamos hacer una reflexión profunda, los mayores, porque resulta que hemos adoptado la anglosajona costumbre de dejar pasar a Papá Noel (que ni nos va ni nos viene) por nuestras casas a dejar regalitos y otros menesteres, osea hacernos gastar un dinero que no tenemos en pos de un señor gordo que por arte de birli birloque se cuela por la chimenea de nuestras casas aunque no tengamos la susodicha chimenea.
 
En Cataluña existe la tradición de "hacer cagar al Tió" en la noche de Nochebuena, algo que acometen siempre los pequeños de la casa, un tronco que a fuerza de bastonazos da regalos a toda la familia pero que suelen ser cositas de poca entidad como calcetines, dulces, pañuelos .... y para los más creyentes, después de la cena, la Misa del Gallo.
 
En mi casa no lo hemos hecho nunca porque mis padres son castellanos y allí esa costumbre no existe y en la época en que emigraron a Cataluña, digamos que no se podían aprender estas costumbres, no se enseñaban en las escuelas..... etc
 
Mis hijos han tenido la suerte de vivirlo en su Colegio, pero la tradición no ha arraigado en mi casa, una pena.
 
Y vereis porqué digo todo esto, que no es por nacionalismos mal interpretados ni nada parecido.... es porque sin ningún pudor sí hemos adoptado esas costumbres tan alienas a nosotros, a saber, el amigo invisible, Papá Noel, Halloween, el día de los enamorados y tantas otras.
 
A este paso instauraremos el día de Acción de Gracias y el de San Patricio como fiesta nacional.
 
Pero decidme, con el corazón en la mano, de verdad no esperais nada pero nada el día de Reyes ???
 
Afortunadamente seguimos asistiendo a las Cabalgatas de los Reyes Magos, y se nos cae la baba cuando vemos la carita de los niños, la ilusión, el deseo de los caramelos, el amor con que preparan las zapatillas y el vaso de leche para los camellos y las galletas o los polvorones para que los Reyes repongan fuerzas.
 
Y con qué algarabía nos despiertan por la mañana al ver los paquetes que con tanto celo hemos guardado.
 
Ahí lo teneis, otra estrategia comercial más, por cierto diría que la mejor de todas las que nos han colado los americanos.
 
Ojalá que en este caso no demos nuestro brazo a torcer aunque nos lo doblen un poquito con la excusa de que así los niños tienen  más días para jugar.
 
Qué haríamos sin Reyes Magos y sin Torteles de Reyes ????
 
Por cierto, aquí os presento los míos
 

No me han quedado mal para ser los primeros que hago, y además estaban muy buenos.

Felices Reyes (espero que hayais tenido) y Feliz Año (espero que tengais).

Experiencias Sensoriales (II)

¡Hayyyyy, cómo se pasan los días! Si hace nada estábamos todos preparando la Navidad y ya casi nos hemos comido la tan temida cuesta de Enero que hoy pasa desapercibida por la permanente cuesta que venimos sufriendo.
 
Os debía la segunda entrada de las experiencias sensoriales (y muchas más cosas que iré desgranando en los próximos días)
 
Comenzamos el año celebrando ese trámite de cambio de dígito, como siempre en casa de mi hermana y cuñado. Toda la familia reunida, a saber mis padres, hermanos, cuñados y cuñadas, nietos y también por supuesto la madre de mi cuñado, sus hermanas y nuestra amiga (de la familia hace ya muchos años) Olivia y sobrinos claro, es decir un montón de gente ruidosa alrededor de una mesa explicando cada uno su versión de las cosas o de la vida, hablando en corrillos porque cuando se reúne tanta gente es inevitable..... etc.... y todo dentro de un ambiente distendido y jovial.
 
Por si eso fuera poco para disfrutar de una velada, tenemos en la figura de mi cuñado Fernando el máximo exponente del sibaritismo en lo que a nosotros se refiere.
 
Nos deleita el paladar cada año con delicatessen nuevas y otras que por tan perfectas y tan de nuestro gusto ya no puede obviar en su mesa en día tan señalado.
 
Este año nos obsequió con un foie de pato que prepara él personalmente y que alcanza cada el año el grado de insuperable para mejorarlo el año siguiente (este es de los inevitables)
 
Una tosta con cebolla caramelizada y chipirón deliciosa.
 
Un .... no recuerdo como se llamaba aquello pero nos presentó un tarro de yogurt de cristal y dentro un poco de queso, un sardinilla, algo dulce y todo ello ahumado con leña, lamento que habiendo pasado los días sólo me quede el recuerdo del aroma delicioso de la madera y los sabores entre salados y dulces tan maravillosos. Dejo en cuenta pendiente preguntarle los detalles porque de verdad que fue un espectáculo para la vista, el olfato y el gusto.
 
A todo esto debo hacer reseña de que casi cada plato fue maridado con un aperitivo o vino que hacían redondos los sabores, los acompañaban sin imponenerse.
 
O sea que como cada año nos dieron, las 3 y las 4, las 5 y las 6 (como la canción de Sabina) pero de la tarde y aún estábamos en los prolegómenos de la comida, porque eso sí, cada plato nos lo prepara al momento y nos lo sirve caliente para degustar.
 
De ahí también lo de experiencia sensorial porque después de las fiestas SIENTES cada momento y cada sabor y cada plato y cada conversación...... y me parece una extraordinaria manera de empezar el año, las familias unidas.
 
Cuando ya pensamos que no podemos más llega el plato estrella "El pavo"
 
Este es parcela de mi hermana y es su receta estrella de cada día de Año Nuevo desde hace al menos 20 años.
 
Aunque pueda sufrir alguna modificación, la receta base que usa siempre es la misma, mucho amor y cariño a la hora de prepararlo. Y nos deleita con un excelente ejemplar relleno, deshuesado, con frutos secos y orejones, o setas, o ,..... lo que le apetezca, pero siempre buenísimo.
 
Y esto es lo que os tenía que explicar, nuestra manera de empezar el año, cada año.
 
Feliz 2.014 para todos.

miércoles, 1 de enero de 2014

Experiencias Sensoriales (I)

Con este título tan ambiguo inauguro el año con la esperanza (como todos) de que no sea peor que el pasado y que por poquito que se esfuerzen las fuerzas intangibles nos dejará respirar mejor y sacar pecho plantando cara al tiempo.
 
¡Hala, ahí queda el pensamiento profundo del día! Además no quiero hacer balance del año que pasó, que eso ya lo hace todo el mundo y sólo quiero mirar hacia adelante.
 
Sin embargo sí quiero dejar constancia de dos experiencias sensoriales recientes, sobre todo antes de que pasen a formar parte de los recuerdos olvidados y de esta forma (dejándolo por escrito) poder rescatarlos de la memoria en cualquier momento.
 
La primera experiencia ya forma parte del año pasado. El día 27 de Diciembre fue nuestro 26º aniversario de bodas y mi marido me obsequió con una cena en el Restaurante Moments donde trabaja nuestra hija Nerea. La experiencia fue múltiple porque a tenor de la categoría del Restaurante me parecía imposible poder ir en alguna ocasión, pero se han dado las circunstancias y pudimos disfrutarlo. Ver a Nerea trabajando (porque desde la Sala se ve una parte de la cocina a través de un enorme ventanal), interactuando con sus compañeros, es gratificante y personalmente me hace sentirme orgullosa de cómo va consiguiendo sus objetivos a fuerza de constancia y tesón.
 
Conocer a sus compañeros y el ambiente en el que se mueve a diario hace que de alguna manera formen parte también de nuestras vidas y sitúa las cosas en su justo contexto cuando hablas de ellas, es decir que sucede como con los libros y las películas, cuando ves el film y relees el libro empiezas a poner cara a cada personaje y cada pasaje en su ambientación.
 
Otro apartado de la experiencia reside en que te traten tan exquisitamente como si fueras de verdad un cliente importante, y eso te sube el ego como la espuma.
 
Que te expliquen cada uno de los platos que vas a degustar (y digo degustar, no comer porque sería un atentado al trabajo de tantos profesionales) con detalle, los vinos que acompañan y redondean la otra experiencia que es el gusto complementando a la perfección cada uno de los bocados.
 
Son en general unas tres horas durante las cuales vas tomando conciencia de los sabores, las texturas, los aromas, la calidad del producto y el mimo en el trato del mismo de forma que representen la calidad suprema de cada bocado.
 
Se me acaban las palabras cuando debo describir unas cigalas templadas, sabrosas, untuosas en boca, con el justo sabor a mar y un aroma de dioses o  cuando percibes (aromas, textura, sabor) una anguila ahumada, las gambas tratadas con delicadeza y extrayéndole el máximo sabor.... para llegar a platos sorprendentes.
 
Un plato que engaña a la vista "Rape enmascarado" porque cuando te lo presentan crees que se han equivocado, tu vista te dice que en el plato hay una trufa de tierra (tuber melanosporum) un gajo de tomate y otras cositas. Nada más lejos de la verdad, la "trufa" es un medallón de rape con un costoso traje de cenizas de calçot, ya que en el se conjugan la suavidad de la carne del rape, el aroma de ahumado, el sabor de las cenizas en el que se adivinan los calçots, me encantó, pero aquí no acaba el plato. Había un acompañamiento de gajos de tomate cereza que no eran tales, no, eran gajos pero de cebolla con esferificaciones de frutos rojos como caviar lo cual induce a tus papilas gustativas a ejercer más presión sobre el cerebro a ver porque la vista te envía un mensaje y el paladar otro totalmente distinto.
 
Cuando después de infinidad de platos llega la degustación a su fin, entonces nos presentaron un
plato de carne, solomillo de ciervo, dioooooooos mío, sin esforzarme apenas puedo rememorar la suavidad de esa carne, el sabor increíble, tierna, poco hecha (como me gusta) y con una salsa de terciopelo que según nos explicaron tardan unas 7 - 8 horas en hacer y que concentra todos los jugos, sabores, etc... y entre otras cosas una teja de manzana con sal y pimienta, tan crujiente, tan distinto el sabor pero tan deliciosa. Parece mentira cómo de agradable puede ser en algo tan delgado conjugar los sabores dulce, ácido, salado y picante.
 
Y llegaron los postres, ¡ ah ........ los postres! Estos merecerían un capítulo aparte, pero para que no parezca este post la Historia Interminable, quiero destacar un pastelito de mousse de pera absolutamente angelical, suave al paladar, intenso en el sabor, delicioso en definitiva.
 
Y no puedo olvidar tampoco el postre de chocolate con sus distintas texturas, temperaturas, es que verdaderamente me quedo sin palabras.
 
Se entiende ahora porque he bautizado esta entrada como Experiencia Sensorial.