lunes, 13 de enero de 2014

Experiencias Sensoriales (II)

¡Hayyyyy, cómo se pasan los días! Si hace nada estábamos todos preparando la Navidad y ya casi nos hemos comido la tan temida cuesta de Enero que hoy pasa desapercibida por la permanente cuesta que venimos sufriendo.
 
Os debía la segunda entrada de las experiencias sensoriales (y muchas más cosas que iré desgranando en los próximos días)
 
Comenzamos el año celebrando ese trámite de cambio de dígito, como siempre en casa de mi hermana y cuñado. Toda la familia reunida, a saber mis padres, hermanos, cuñados y cuñadas, nietos y también por supuesto la madre de mi cuñado, sus hermanas y nuestra amiga (de la familia hace ya muchos años) Olivia y sobrinos claro, es decir un montón de gente ruidosa alrededor de una mesa explicando cada uno su versión de las cosas o de la vida, hablando en corrillos porque cuando se reúne tanta gente es inevitable..... etc.... y todo dentro de un ambiente distendido y jovial.
 
Por si eso fuera poco para disfrutar de una velada, tenemos en la figura de mi cuñado Fernando el máximo exponente del sibaritismo en lo que a nosotros se refiere.
 
Nos deleita el paladar cada año con delicatessen nuevas y otras que por tan perfectas y tan de nuestro gusto ya no puede obviar en su mesa en día tan señalado.
 
Este año nos obsequió con un foie de pato que prepara él personalmente y que alcanza cada el año el grado de insuperable para mejorarlo el año siguiente (este es de los inevitables)
 
Una tosta con cebolla caramelizada y chipirón deliciosa.
 
Un .... no recuerdo como se llamaba aquello pero nos presentó un tarro de yogurt de cristal y dentro un poco de queso, un sardinilla, algo dulce y todo ello ahumado con leña, lamento que habiendo pasado los días sólo me quede el recuerdo del aroma delicioso de la madera y los sabores entre salados y dulces tan maravillosos. Dejo en cuenta pendiente preguntarle los detalles porque de verdad que fue un espectáculo para la vista, el olfato y el gusto.
 
A todo esto debo hacer reseña de que casi cada plato fue maridado con un aperitivo o vino que hacían redondos los sabores, los acompañaban sin imponenerse.
 
O sea que como cada año nos dieron, las 3 y las 4, las 5 y las 6 (como la canción de Sabina) pero de la tarde y aún estábamos en los prolegómenos de la comida, porque eso sí, cada plato nos lo prepara al momento y nos lo sirve caliente para degustar.
 
De ahí también lo de experiencia sensorial porque después de las fiestas SIENTES cada momento y cada sabor y cada plato y cada conversación...... y me parece una extraordinaria manera de empezar el año, las familias unidas.
 
Cuando ya pensamos que no podemos más llega el plato estrella "El pavo"
 
Este es parcela de mi hermana y es su receta estrella de cada día de Año Nuevo desde hace al menos 20 años.
 
Aunque pueda sufrir alguna modificación, la receta base que usa siempre es la misma, mucho amor y cariño a la hora de prepararlo. Y nos deleita con un excelente ejemplar relleno, deshuesado, con frutos secos y orejones, o setas, o ,..... lo que le apetezca, pero siempre buenísimo.
 
Y esto es lo que os tenía que explicar, nuestra manera de empezar el año, cada año.
 
Feliz 2.014 para todos.

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