martes, 5 de marzo de 2013

Plátano vs Vainilla

También estaba barajando si titular este post como "10 minutos" , vereis porqué.
El pasado viernes andaba yo con un constipado de aquellos que te dejan desarbolado el cuerpo, con tiritonas de frío y mocos a tutiplen, yendo a recoger a mi hijo a la parada del bus escolar. Bajan los críos con un POR FIN ES VIERNES escrito en la cara, una sonrisa de oreja a oreja y un Mamá puedo ir a casa de .... ¡ un ratitooooo, porfa! que te acaba de desmontar y claro está, cedes y le dejas ir.
A cambio de entretener o vigilar a los nenes, voy y digo ¡vale, pues mientras haré unas magdalenas! y os las traigo para merendar. Te pagan ya con los ojos brillantes de pura gula.
Me voy con mi tiritona a casa y en cuanto empiezo a calentar el horno y a despejar la cocina para volverla a poner patas arriba, todo lleno de boles, báscula, harina, etc.... hasta parece que me encuentro mejor.
1ª hornada de magdalenas de vainilla (papelitos blancos)
2ª hornada de magdalenas de plátano (papelitos rosas)
los dejo enfriar un poquito y ¡ A la caja !, de camino a recoger al nene voy pensando que espero que les gusten a los demás niños (a Gerard le encantan).
Sólo con abrir la caja se lanzan como leones y desaparecen las magdalenas (todas) en apenas 10 minutos (de ahí el segundo título). Debo decir que también los padres me dieron su opinión positiva con lo que definitivamente los síntomas del resfriado empezaron a desaparecer. ¡Tan ancha estaba yo por ver a todos disfrutar con mi trabajo!.

Eso sí, cada grupo se decantó por una especialidad, los niños por las de plátano y los padres por las de vainilla.
Besos.

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