viernes, 16 de agosto de 2013

Disaster cake

¿ Cómo hacer que una tarta sea un verdadero desastre ?
 
Fácil, con una mala planificación de los tiempos y un ego mayúsculo que te dice (esa vocecita interna en la cabeza) que no te preocupes, que todo saldrá bien aunque te pongas a la faena con sólo 4 horas de antelación. Fracaso, seguro.
 
Todo necesita un tempo, un reposo, una cadencia, y como en la mayoría de ocasiones las prisas son malas consejeras. Ahora ya lo sé y del desastre aprenderé a organizarme.
 
Lo único que reposó fueron los bizcochos que por otra parte cogieron buen color, la textura fué la adecuada ni demasiado suave ni demasiado desmigado y con una altura correcta.
 
Ahora bien para la buttercream empleé el azúcar que tenía (pasado por la thermomix pero que aún presentaba un granulado demasiado grande) el resultado fue que el sabor estaba bien pero la textura se "masticaba y rechinaba".
 
¡Pero qué bruta soy! Cuando hice el Master de Bakery ya tuvimos problemas con el azúcar glass porque no era lo suficientemente fino y yo voy y repito el mismo error, así me fué.
 
No es que no se pueda comer, y además a todos les gustó, el problema es que yo sé que no estaba como debía.
 
Siguiente paso, la ganache de chocolate blanco. Me quedó de lujo, en serio. Le cogí el punto enseguida y comencé a bañar el cake con cierta fortuna (aunque la buttercream no estaba ni mucho menos bien enfriada). Pero claro lo que son las prisas, estuvo en nevera muy poco tiempo y se  movía dificultando la aplicación del baño de ganache. Al final acabé con un resultado más o menos decentito.
 
Sólo se pudo refrigerar el tiempo de trabajar y estirar el fondant, aunque debo decir que el resultado no fue demasiado malo.
 
No había contado con el calor y el traslado a Tarragona, además de que el fondant estaba a temperatura ambiente, es decir blandito.
 
Según nos acercábamos, el fondant y el relleno se íban aflojando y descenciendo al punto que el piso de arriba se inclinó cual torre de Pisa y se formó un faldón de fondant en la base del pastel.
 
En fin y resumiendo. Suerte tuve de que el pastel era el del cumpleaños de mi padre y el mío y por tanto todo quedó en familia, que si llega a ser para algún encargo yo me muero y les llevo una tarta Massini pagada por mí. Eso seguro.
 
En  mi favor sólo puedo decir que se quedaron asombrados cuando comencé a cortar la tarta. En primer lugar porque estamos acostumbrados a porciones más grandes y pareció al principio que cortaba raciones ridículas que por otra parte nadie se pudo acabar.
 
También les asombró el color. Quien no está versado en estos temas, sólo conoce el bizcocho de vainilla o de yogurt o de chocolate, y poco más. Yo me tiré a la piscina con un Red Velvet. Evidentemente no el mejor que he probado, pero de textura, sabor y color más que aceptable.
 
En fin y resumiendo que yo le doy a mi disaster cake como mucho un 5. El próximo será mucho mejor, eso seguro. Y como siempre digo ¡Un paso atrás solo para coger impulso!

 

 

 




2 comentarios:

  1. Celia, esa tarta tiene un color precioso, y si te quedo bien de sabor eso es magnifico. Lo del azucar en la buttercrean nos ha pasado a todas,así que a seguir experimentando. Besotes.

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  2. Manuela, tú siempre tan atenta cariño. El sabor bueno, el tamaño excesivo al decir de todos, pero a pesar de eso la verdad es que sobró muy poquito. Un besazo.

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